Salud
Las grandes epidemias de la historia
10/03/2020. A lo largo de la historia ha habido epidemias tan importantes como la peste bubónica, el cólera o la sífilis, que afectó al 15% de la población europea en el siglo XX.
El número de nuevos casos por coronavirus en China, origen de la infección, continúa disminuyendo. Sin embargo, fuera del país asiático la situación empeora y cada día aumenta exponencialmente el número de nuevos pacientes enfermos de COVID-19.
Una de las primeras preguntas que surge frente al avance de este virus es si se trata de una epidemia o en términos mayores ya hablamos de una pandemia o hasta incluso una endemia.
Aquí cabe entonces la primera aclaración. Por el momento, el coronavirus es una epidemia, es decir, afecta a un número de individuos superior al esperado en una población durante un tiempo determinado, pero después disminuye.
Podemos decir que la epidemia es una enfermedad que afecta a un determinado grupo humano en un ámbito temporal concreto, mientras que una endemia es una enfermedad que se asienta de forma permanente en un grupo humano determinado. La pandemia, en tanto, es una epidemia que afecta a un área mucho mayor, como un continente o incluso el planeta entero, como puede ser el sida en nuestros días.
Desde la peste de Atenas en plena guerra del Peloponeso hasta el cólera, el tifus o la malaria, muchas han sido las epidemias, endemias y pandemias que han asolado a los distintos pueblos a lo largo de la historia. A continuación te contamos acerca de algunas de las principales:
La peste de Atenas fue la plaga más devastadora del mundo griego y llegó desde Etiopía y según investigaciones actuales, pudo tratarse de fiebres tifoideas. Una de sus primeras víctimas fue el gran Pericles y en total pudo afectar a unas 50.000 personas, aunque algunos historiadores hablan de 300.000.
Como Grecia, Roma también tuvo su gran plaga en el siglo II, en tiempos de Marco Aurelio, que fue además una de sus insignes víctimas. La peste antonina fue devastadora en la capital, Roma, y se extendió por toda Italia llegando incluso a las Galias. Entre otros síntomas, la peste causaba ardor en los ojos y en la boca, sed y abrasamiento interior, fetidez en el aliento, piel enrojecida, tos violenta, gangrenas, delirios y muerte a los nueve días.
Con la conquista de América, la viruela llegó al continente, funcionó como una auténtica plaga y fue un aliado esencial de Hernán Cortés en la caída de Tenochtitlán. Se cree que tras la conquista, la viruela pudo afectar hasta a un tercio de la población indígena de América. En 1796, se encontraría una vacuna para la misma.
El cólera fue una epidemia de origen asiático que llegó a Europa en 1830 y causó 30.000 muertes en Londres en menos de dos décadas, hasta que el doctor John Snow descubrió que todas ellas tenían en común el agua del pozo de Broad Street. La llegada del cólera a España fue aún más devastador y los dos primeros brotes en 1843 y 1854 causaron más de 300.000 muertos. A partir del siglo XX esta enfermedad se trasladó a Asia y África, donde aún continúa en activo.
La fiebre amarilla fue otra devastadora enfermedad que afectó a miles de personas y que aún reaparece en la actualidad en lugares donde todavía no pudo ser erradicada. Con frecuencia se producían brotes en los meses de verano, desaparecía durante las estaciones frescas y reaparecía con toda su fuerza al verano siguiente, aunque los que ya habían sido contagiados eran mucho más resistentes a contraerla de nuevo. La enfermedad no brotó sólo en la época de la conquista, sino que se extendió hasta el siglo XIX.
La sífilis es una enfermedad exclusiva del hombre que llegó a Europa procedente de América. Probablemente se propagó por Europa tras el sitio de Nápoles en 1495. Fue contagiada por los españoles a las prostitutas italianas y tras aquello, se propagó por toda Europa como un estigma que se contagiaba con los placeres carnales.
La malaria o paludismo mata a día de hoy a más de medio millón de personas al año, principalmente en África. En Europa fue erradicada por completo incluso en aquellos países como Grecia o Italia donde había llegado a ser un ser una endemia. En España pasó de 400.000 casos y más de 1.300 muertes en 1943 a desaparecer por completo en la década de los sesenta.
El sida comenzó oficialmente en junio de 1981 cuando se atribuyó a cinco casos de neumonía en Los Ángeles. La mayoría de los pacientes eran hombres homosexuales y sexualmente activos, muchos de los cuales sufrían otras enfermedades crónicas. En 1982 la enfermedad fue bautizada con el nombre de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
En 1976 fue documentado el primer brote de ébola, simultáneamente en Zaire y Sudán donde se detectaron 33.577 casos y 13.562 muertes, alcanzando una tasa de mortalidad del 40%. Este brote fue causado por el virus ébola-Zaire, una de las cepas más epidémicas y mortales de la historia.
Hace poco más de 10 años, imágenes de multitudes con barbijos dieron la vuelta al mundo en medio de una alerta enviada por la Organización Mundial de la Salud de una pandemia de influenza por la entonces temida gripe porcina o H1N1.
Las imágenes de entonces eran similares a las que hoy día se observan con el coronavirus de Wuhan, que ha enfermado a miles de personas en todo el mundo y está inspirando a los países a cerrar sus fronteras.
La pandemia causada por la cepa H1N1 del virus de gripe afectó a casi 763.000 personas en todo el mundo entre abril de 2009 y agosto de 2010, causando la muerte de 284.500, aunque aseguran que ese número podría haber llegado al medio millón.
Si bien es prematuro comparar las cifras del coronavirus de Wuhan con otras pandemias o epidemias, en solo un mes el coronavirus de Wuhan, cuyos primeros casos fueron reportados el 31 de diciembre de 2019, ha cobrado la vida de al menos 3.600 personas y se han registrado 80 mil casos en todo China continental, aunque la cifra continúa incrementándose.
A nivel mundial, la cifra de decesos supera los 4.000 mientras que los recuperados son 64.000, lo que muestra que si bien los números son altos, la esperanza de cura está latente mientras laboratorios de todo el mundo trabajan contrarreloj para encontrar una vacuna.