Policiales
Graciela Flores alcanzó a decir que su agresor había sido su expareja
06/12/2022. Con la recepción de nuevas pruebas testimoniales continuó este martes la audiencia de debate seguida por el femicidio de Graciela Carolina Flores, ocurrido el 31 de diciembre de 2020 en barrio Castañares.
En el salón de Grandes Juicios del Poder Judicial, continúa la audiencia de debate seguida contra Mario Dardo Balverdi por homicidio doblemente calificado por el vínculo y la relación de pareja previa y por mediar violencia de género (femicidio), en concurso ideal con desobediencia judicial, todo en concurso real.
Este martes declararon el hijo mayor de la víctima y del imputado, efectivos policiales, una vecina y peritos del CIF.
El hijo mayor de Graciela Flores relató dos situaciones de violencia en las que tuvo que intervenir para evitar que su padre lesionara a su madre. En ambos casos –la pareja ya se encontraba separada-, el acusado había entrado al domicilio con un cuchillo.
Dijo que su mamá había denunciado a su papá y que tenía prohibición de acercamiento, pero lo mismo “la buscaba, la seguía, la molestaba”. Aseguró que ella le tenía miedo y que en varias oportunidades él tuvo que intervenir porque su papá “se quería hacer el loco” con su mamá (hacerle daño). Señaló que Balverdi siempre estaba borracho y que algunas veces también había sido agresivo con él y sus hermanos.
Luego declaró una oficial que en diciembre de 2020 prestaba servicio en la comisaría de Castañares. Dijo que una persona se acercó a la dependencia para avisar que estaban agrediendo a una mujer. El escenario del hecho estaba cerca, apenas a una cuadra y media en trayecto diagonal. La oficial se dirigió al lugar. Cuando llegó ya había unas treinta personas rodeando a la víctima. La mujer estaba tendida en el suelo, boca arriba. Trataba de hablar pero no podía. La gente decía que la habían apuñalado. Ella le vio manchas de sangre en el pecho.
La testigo dijo que cerca de Flores había una tijera, un cuchillo tipo sierrita con la hoja doblada, una botella y un encendedor.
Los presentes le manifestaron que ya habían llamado a una ambulancia y le comunicaron que el agresor había entrado a una cancha de fútbol cercana, sorteando el alambre roto. Se trataba de un sitio oscuro.
En ese momento se acercaron el sumariante y el jefe de guardia de la dependencia y ella alcanzó a ver a un hombre prendido fuego. “Vi una llama que se movía, pero no me fui del lado de la víctima”, sostuvo. Fueron los otros dos oficiales los que corrieron hacia donde estaba el imputado, le apagaron la ropa y lo asistieron hasta que llegó otra ambulancia.
La testigo refirió que, una vez que lograron identificar a la víctima, verificó en el sistema si la mujer había radicado denuncias.
Efectivamente, lo había hecho, en contra de su expareja. En una de ellas narraba uno de los episodios con arma blanca ya descripto por sus hijos mayores en el juicio. En un expediente constaba que, a partir de su última denuncia, a Graciela Flores se le había asignado consigna policial ambulatoria por quince días. Ya se había cumplido ese plazo.
A continuación declaró una vecina de barrio Castañares que presenció el momento del ataque y acompañó a la víctima hasta que llegó el personal policial y la ambulancia.
La testigo dijo que en ese momento ella cruzó para auxiliar a la víctima, que todavía estaba consciente. Se quedó a su lado intentando tranquilizarla hasta que llegó la ambulancia. Le preguntó si habían querido robarle y si sabía quién la había atacado. Graciela Flores le respondió que había sido su exmarido. En un momento, la damnificada pidió su celular y hasta quiso pararse, pero ella le dijo que no se moviera porque podía ser peor. También le manifestó que le dolía mucho.