Salud
Convulsión febril: qué es y cómo actuar ante un cuadro en niños
21/07/2022. El 5% de los niños de 6 meses a 5 años pueden padecer ese tipo de convulsiones. El doctor, Bernardo Biella explicó por Profesional FM qué se debe hacer y qué se desaconseja cuando los chicos tienen esas crisis.
El miércoles pasado la conductora de televisión y modelo argentina Paula Chaves vivió un gran susto mientras se dirigía a una guardia para hacer atender a su hijo Baltazar, de cinco años, que estaba descompuesto. En plena autopista Panamericana, su hija más pequeña, Filipa, tuvo una convulsión. Un motoquero la ayudó hasta llegar al centro de asistencia médica para y la modelo destacó días después su actitud solidaria en las redes sociales.
La nena tuvo una convulsión febril, el trastorno neurológico más frecuente en las emergencias pediátricas. En la mayoría de los casos, es benigno.
Consultado al respecto, el doctor Bernardo Biella explicó por Profesional FM, que las convulsiones como la que tuvo la hija de Chaves consisten en cambios temporales súbitos en el movimiento, sensación o comportamiento físico que son causadas por impulsos eléctricos anormales en el cerebro.
Existen varios tipos de convulsiones o crisis convulsivas. Según Biella, algunos duran solamente unos segundos, mientras que otros pueden durar incluso varios minutos. El tipo específico de la convulsión que sufre una persona depende de la parte del cerebro donde empieza, cómo se extiende y cuánto, o qué parte del tejido del cerebro toma parte.
Hay diferentes situaciones en las que se pueden producir convulsiones en niñas y niños y diferentes acciones para tener en cuenta. Una de ellas son las convulsiones febriles como la que tuvo la hija de Chaves.
“Una convulsión es un fenómeno por el cual hay una descarga eléctrica en el cerebro de la persona. Se pierde el control del movimiento. Tiene espasmos. Pierde la conciencia, entre otros cambios”, dijo el profesional de la salud.
El 5% de los niños pequeños puede tener convulsiones febriles, manifestó Biella y agregó que generalmente no son graves ni tienen consecuencias negativas para su desarrollo posterior o su aprendizaje.
“Los padres viven el momento con mucho temor porque no entienden qué les pasa a los niños cuando se desarrolla la convulsión febril por primera vez. En la desesperación, algunos padres les hacen maniobras que no corresponden, como abrirle la boca. Nadie se va a tragar la lengua”, aseguró.
Por último, el médico indicó que es importante que los padres comprendan que solamente un número muy pequeño de los niños que sufren de convulsiones febriles tienen epilepsia en el futuro. Cuando un niño o niña tiene una convulsión febril, un profesional de la salud debería examinarlo para determinar la causa de la fiebre.