Policiales
Más testigos fueron escuchados en el juicio por el femicidio de Anahí Girón
02/08/2022. El hecho ocurrió en septiembre de 2015, en una vivienda abandonada en Villa Angelita. La víctima tenía 17 años, se encontraba en situación de calle y tenía problemas de adicciones.
En la Sala II del Tribunal de Juicio continuó la recepción de pruebas testimoniales en la audiencia de debate seguida contra Hernán Nicolás Viveros, imputado por homicidio agravado por mediar violencia de género en perjuicio de Rebeca Anahí Girón (17). Mañana se llevarán a cabo los alegatos, a partir de las 8.30.
Este martes, declararon más vecinos y conocidos del imputado. Dos de ellos lo hicieron por videoconferencia debido a que se encuentran trabajando en una mina. Está previsto que el juicio se extienda hasta el viernes.
Uno de los testigos que declaró en la sala dijo haber sido amigo de Viveros cuando ambos eran chicos. Eran vecinos del barrio e iban a la cancha juntos. Dijo que estuvo con el acusado y otros muchachos la noche previa al hallazgo del cuerpo de Girón en una casa abandonada de Villa Angelita, en septiembre de 2015.
Relató lo ocurrido ese viernes, durante la tarde: que se habían reunido para arrojarle piedras a los camiones y colectivos con hinchas de Central Norte que iban a pasar por la Tavella; que luego se dispersaron porque llegó la policía; que a la noche se volvieron a juntar en “el descampado” (una casa quinta abandonada) para tomar y fumar marihuana.
El testigo dijo no recordar si Viveros había estado con ellos por la tarde, pero sí lo vio por la noche. Precisó que a veces se juntaban en esa vivienda derruida a consumir alcohol y a fumar porque la policía los dispersaba si lo hacían en la vía pública. Dijo que la casa tenía dos habitaciones. Como llegaba poca luz de la calle en algunas ocasiones encendían fogatas para alumbrarse.
Sobre la noche puntual del hecho, el testigo refirió que tenían que pasar un alambrado para ingresar a la quinta abandonada. Dijo que iban avanzando en fila. Primero entró Viveros y enseguida salió y avisó que “había alguien tirado adentro, con los pantalones abajo”. No sabía si era chico o chica. Detrás del imputado iba otro amigo (F. R.) y luego él, que no llegó a entrar. Indicó que el imputado estuvo adentro alrededor de un minuto.
El joven relató que decidieron ir a contarle lo sucedido al padre de “los mellis” (amigos del barrio), porque era una persona grande y les podía aconsejar qué hacer. Él les dijo que se quedaran callados, que era mejor no decir nada y que la policía iba a encontrar a la víctima en algún momento.
Explicó que “eran chicos” y que “primero, cuando declararon, no dijeron nada por miedo”. Después contaron cómo habían sido las cosas. Dijo que todos habían tomado, que estaban ebrios y que, en su caso, no tenía cabeza para pensar en ese momento.
El testigo sostuvo que creía que nadie más había ingresado a la casa derruida después de que Viveros contó lo que había visto adentro.