Salta
Pablo Avelluto lamentó que la industria audiovisual en Argentina sea para unos pocos
14/04/2022. El exministro de Cultura de la Nación criticó el funcionamiento del INCAA y su mecanismo para financiar las producciones independientes de cine argentino.
“El INCAA es una mutual de productores de cine”, expresó el exministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto en diálogo con Profesional FM, en el marco del debate por de la financiación del cine nacional mediante el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Cabe recordar que en los últimos días, como consecuencia de una movilización hacia la institución que reclamaba –entre otras cosas– la renuncia de su director, Luis Puenzo, el INCAA quedó en el centro de la disputa.
En ese sentido, Avelluto explicó que el INCAA es el organismo encargado de financiar las producciones independientes de cine argentino y se financia mediante dos canales: los impuestos pagados por las grandes productoras de televisión y el 10% de todas las entradas de cine compradas en el país. El problema, según Avelluto, es que el instituto se convirtió en una “mutual de productores” que aprueban “todas las películas”.
La Ley de Cine argentina, sancionada en 1994, es elogiada por cineastas de todo el mundo. Pero, según el exministro, el conflicto surge en que “la repartición de los fondos multimillonarios del INCAA”, no llegan a nivel federal a las provincias.
Avelluto detalló que este año el INCAA tiene un presupuesto de $6.364.927.480 de pesos, según la resolución 2022-25 que firmó Luis Puenzo, en enero de este año. Esta cifra presupuestaria es mayor incluso a la de la Jefatura de Gabinete.
En esa línea, el exfuncionario explicó que el 50% va para financiar la industria audiovisual, pero advirtió que se invierte “demasiado” en Buenos Aires, lugar donde consideró se encuentran la mayoría de las productoras, generando una diferencia entre lo que reciben las provincias.
El INCAA funciona como un ente que depende del Ministerio de Cultura, a cargo de Tristán Bauer, pero es autárquico. Esto implica que las decisiones no dependen del Gobierno de turno, pero es parte del Estado nacional.
En ese aspecto, Avelluto manifestó que las instituciones culturales no son de quiénes gobiernan y no deben usarse como herramientas de propaganda política porque la financian todos los organismos.