Lesa Humanidad
Prisión perpetua para cuatro exjefes policiales por el homicidio de Calixto Zalazar
17/12/2021. La defensa cuestionó que no se trataba de un delito de lesa humanidad mientras que la fiscalía logró demostrar que el caso tenía competencia federal por la gravedad del hecho.
Condenaron a prisión perpetua a los cuatro exjefes policiales juzgados por el crimen de Calixto Zalazar, trabajador del Matadero Municipal que fue detenido ilegalmente en los primeros días de septiembre de 1976, alojado en la comisaría Cuarta y asesinado con un fuerte golpe en la cabeza.
La condena recayó sobre Virtom Modesto Mendíaz, exjefe de la Policía salteña; Joaquín Guil, exdirector de Seguridad; Roberto Arredes, exjefe de la Dirección de Personal; y José Manuel Reinoso, quien estuvo a cargo de la Comisaría Cuarta al momento del crimen.
En su decisión, los jueces consideraron a los cuatro acusados como autores mediatos de los delitos de privación ilegítima de la libertad en concurso real con homicidio calificado por alevosía. Asimismo, ordenaron que se mantenga la prisión preventiva ya dispuesta respecto de los ahora condenados.
El fallo se conoció luego de que el tribunal escuchara los alegatos de las defensas, quienes cuestionaron la competencia federal por entender que los delitos imputados no revisten el carácter de lesa humanidad.
Los jueces, en cambio, y a instancia del alegato del fiscal general Carlos Martín Amad, del Área de Derechos Humanos de la Unidad Fiscal Salta, se expidieron en sentido contrario, con lo cual zanjaron una controversia de larga data en esta causa. En efecto, a lo largo del proceso hubo fallos intermedios, como el de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, que recomendó la realización del juicio para definir la calidad de los delitos.
El fiscal ad hoc Juan Manuel Sivila, quien acompañó la semana pasada a Amad en los alegatos, fundó oportunamente con jurisprudencia el carácter de lesa humanidad de los delitos. Los argumentos fueron recogidos por el tribunal en su sentencia.
De esta manera, los jueces dieron por probado de que Zalazar, changarín del ex Matadero Municipal, fue detenido ilegalmente en los primeros días de septiembre de 1976, y alojado en la comisaría Cuarta, sindicada como un centro clandestino de detención y tormentos, práctica habitual del aparato represivo estatal vigente en esos años.
El trabajador salió muerto de esa seccional, donde fue asesinado con un fuerte golpe en la cabeza. Según la acusación del fiscal Amad, Zalazar fue víctima de un policía de apellido Astigueta (fallecido), quien contaba con el respaldo de los exjefes policiales juzgados en este debate para la represión ilegal de las personas detenidas.