Salud
¿Qué efectos puede tener la luz de las pantallas en la salud de los niños?
18/07/2023. Un estudio realizado en 2013, asegura que más del 70% de los niños menores de ocho años, ya usa diariamente dispositivos electrónicos, y más de un tercio, son menores de dos años.
En este tiempo de avances tecnológicos exponenciales, es muy difícil escapar de los dispositivos electrónicos como celulares, tablets, computadoras, etc. Todos los utilizamos para una amplia gama de actividades, que van desde entretenimiento hasta trabajo, por lo que su presencia en nuestras vidas se hizo algo rutinario.
Sin embargo, siempre estuvo en discusión el tiempo y la edad adecuada para usar las pantallas, debido a los riesgos que conlleva. De hecho, un estudio de 2013, asegura que el 72% de los niños menores de ocho años, ya usa o maneja dispositivos electrónicos a diario, y más de un tercio, son menores de dos años.
En principio, esto afecta fundamentalmente a los ojos de los chicos, y por ello hoy vemos tantos niños con lentes. Pero esto es solo la punta de iceberg, porque varias investigaciones acreditaron ya que la “luz azul” que emiten estos aparatos, afecta varios aspectos de la salud y desarrollo de los niños.
La luz azul forma parte del espectro de luz visible para el ojo humano, y brinda iluminación básica, por lo que puede mejorar la sensación de bienestar. Eso puede explicar porqué nos sentimos tan atraídos a las pantallas.
Pero también pueden traer efectos parcialmente dañinos, dependiendo el tiempo de exposición al brillo de la pantalla, sobre todo en niños, debido a que sus ojos aun están madurando y no han desarrollado los pigmentos de protección necesarios para filtrar la parte de la luz azul dañina.
Uno de los principales riesgos es que la exposición inhibe la liberación de melatonina, la hormona que regula el tiempo de sueño y nos da un “aviso” de cuándo hay que dormir.
Con la luz azul, el cerebro entiende que aun es de día, por lo que pospone el tiempo de descanso; y esto puede provocar cambios en el horario de sueño y todo lo que de ello deriva, que puede ser insomnio, sueño durante el día, cambios en la rutina alimenticia, y por ende, sobrepeso por comer a deshora; dificultades psicológicas y emocionales, entre otras problemáticas.
Por tanto, siempre es mejor prevenir antes que curar estos males. Por ello, varios se preguntaron qué se puede hacer para evitar llegar a estos extremos. La respuesta está en el tiempo de uso y exposición a la luz azul.
Los expertos recomiendan que los niños no usen los dispositivos electrónicos más de dos horas al día, pero ante la dificultad del desafío, lo ideal sería que se use espaciadamente, es decir con periodos de descanso.
Además de limitar el tiempo de uso, para no caer en un desfasaje de horarios, es primordial que no se use el dispositivo, por lo menos, una hora antes de acostarse por la noche. De esta manera, el niño entrena el cerebro para hacerle entender el horario de sueño.
Por último, también se puede optar por proteger los ojos, a través de lentes de policarbonato amarillo, que ofrecen una defensa contra la luz azul. Pero lo más importante aún, siempre es consultar con un especialista, para ver qué medida es la más adecuada para cada niño.